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De cuando mostrar los tobillos era un escándalo: breve historia de la falda en el tenis femenino

Tal vez no haya una prenda deportiva tan versátil como la falda de tenis, una vestimenta vaporosa que llega hasta el muslo y que permite a los atletas saltar, dar estocadas y pivotar con facilidad.

Las faldas de tenis han tenido un largo y accidentado camino hasta llegar al centro de la pista de la moda deportiva. Han sido, según la época, tanto demasiado cortas como no lo bastante cortas; símbolos tanto de opresión como de liberación.

Incluso cuando las faldas de tenis han ganado popularidad fuera de la pista (incluido el uso de Zendaya en la alfombra roja para promocionar su nueva película sobre tenis Rivales), la controversia sobre sus cambiantes dobladillos demuestra que las mujeres en el deporte han sido examinadas durante mucho tiempo por lo que llevan puesto. He aquí cómo usaron y abandonaron la icónica falda para jugar con sus propias reglas.

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Orígenes de la falda de tenis

Cuando el All-England Club de Wimbledon celebró su primer campeonato femenino en 1884, las dos contrincantes (las hermanas Maud y Lilian Watson) llevaban atuendos que reflejaban la moda de la época: faldas largas, con polisones y capas de ropa interior.

Estas voluminosas faldas no eran muy apropiadas para las jugadoras. Lottie Dodd, que sólo tenía 15 años cuando ganó el campeonato del All-England Club en 1887, escribió tres años más tarde: “La vestimenta de las damas […] es un asunto a tener muy en cuenta, porque ¿cómo pueden esperar jugar un buen partido si sus vestidos impiden el libre movimiento de todas las extremidades?”.

Para liberarse de los confines de las incómodas faldas de tenis, algunas jugadoras tomaron cartas en el asunto. May Sutton ayudó a definir un nuevo look cuando jugó en Wimbledon en 1905. Su blusa y su falda eran más holgadas, lo que le permitía una mayor libertad de movimiento. Y, lo más sorprendente, su falda era tan corta que dejaba al descubierto sus tobillos. Sin embargo, las autoridades sancionaron a Sutton por su atuendo y le exigieron que se bajara la falda a una longitud que consideraron apropiada antes de que pudiera reanudar el juego.

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Por qué se hicieron tan populares las faldas de tenis

En la década de 1910, la mayoría de las mujeres que jugaban al tenis llevaban faldas largas y anchas, así como blusas que les llegaban al menos hasta el codo.

La tenista francesa Suzanne Lenglen no era una de ellas. La jugadora fue la punta de lanza de una revolución de la moda en el tenis. Lenglen jugó el campeonato femenino de 1919 en Wimbledon, y lo hizo con un atuendo poco convencional que escandalizó a la clase dirigente: su falda sólo le llegaba a la mitad de la pantorrilla.

Muchas jugadoras adoptaron las faldas hasta la pantorrilla y la rodilla en la década siguiente. “La falda corta plisada es la única para el tenis”, escribió la jugadora estadounidense Helen Wills en su libro Tennis de 1928. “Tiene una sencillez clásica y resulta muy cómoda para la jugadora y agradable para el espectador. Desde un punto de vista artístico, la falda plisada posee gracia y belleza en acción”, explicaba.

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Cómo las faldas de tenis se hicieron tan cortas

En la década de 1930 surgieron nuevas modas. La jugadora estadounidense Helen Jacobs, por ejemplo, prefería los pantalones cortos. Explicó a The New York Times que los pantalones cortos le daban una “tremenda ventaja” en la pista, ya que “son más frescos y permiten moverse mucho más rápido”.

Los pantalones cortos atrajeron la ira de diseñadores como Ted Tinling, un antiguo tenista que arremetió contra lo que él llamaba el “look varonil’ de finales de los años 30” en la moda del tenis femenino. Tinling lideró la feminización del atuendo de tenis diseñando llamativos vestidos y faldas de tenis.

Tinling estuvo detrás de uno de los atuendos de tenis más controvertidos de la década de 1940. La estrella del tenis estadounidense Gussie Moran escandalizó en Wimbledon en 1949 con su falda o, mejor dicho, con lo que llevaba debajo. Su falda era lo bastante corta como para dejar entrever su ropa interior de encaje. Moran se lamentó más tarde: “Me di cuenta de que se fijaban más en mi trasero que en mi revés”.

A finales de la década de 1940, la falda de tenis típica tenía un dobladillo a unos dos centímetros del suelo cuando la jugadora se arrodillaba, y aquellos uniformes “varoniles” fueron “sustituidos por trajes más cortos y ceñidos a la figura que acentuaban más que ocultaban las curvilíneas formas femeninas”, escribió el historiador Robert Lake en A Social History of Tennis in Britain [Historia social del tenis en Gran Bretaña].

Por qué las faldas de tenis son ahora populares dentro y fuera de la pista

Las faldas de tenis más cortas, originalmente pensadas para permitir a las mujeres una mayor libertad de movimiento, se han convertido desde entonces en un símbolo de un tipo particular de feminidad. Durante el Abierto de Australia de 2015, un comentarista pidió a la jugadora canadiense Eugenie Bouchard que “nos diera una vuelta” con su falda rosa. De hecho, algunos críticos se han burlado e las faldas de tenis por ser sexistas y promover la mirada masculina. El corte revelador también ha obstaculizado a veces a las mujeres en la pista, como en el caso de un vestido que parecía que las jugadoras de 2016 dijeron que las distraía y las hacía sentirse demasiado expuestas.

Para otras, lo importante es la feminidad de la falda. “Creo que nuestro deporte es muy duro, agresivo y físico, y las mujeres tienen un lado femenino, así que es agradable poder mostrarlo a través de trajes bonitos”, dijo la jugadora rusa Maria Sharapova a Vanity Fair en 2013.

Las faldas de tenis se han vuelto omnipresentes dentro y fuera de la pista. La leyenda del tenis estadounidense Serena Williams declaró a Marie Claire en 2024: “El estilo tenístico se puede llevar, y creo que hoy en día vemos cada vez más que se puede llevar en cualquier sitio. […] Son vestidos muy bonitos y cómodos”.

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Hoy en día, las mujeres no están obligadas a llevar falda durante los partidos, sólo “ropa de tenis apropiada”, según la Asociación Mundial de Tenis. Sin embargo, las jugadoras todavía tienen que luchar contra las expectativas de lo que es un atuendo apropiado. Cuando Williams jugó un partido de Roland Garros en 2018 con un body ajustado, que eligió para prevenir coágulos de sangre posparto.

El presidente de la Federación Francesa de Tenis, Bernard Giudicelli, se burló del atuendo y prometió: “Ya no será aceptado. Hay que respetar el juego y el lugar”. Giudicelli se encargó de que la federación prohibiera los bodies.

El lugar de la falda de tenis en el deporte, y en la moda, puede estar asegurado. Sin embargo, más de un siglo después de que las faldas de tenis se convirtieran por primera vez en tema de controversia, parece probable que los debates sobre lo que llevan las mujeres en la pista sigan siendo tan ruidosos como siempre.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

Source: National Geographic

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