Ni introvertido ni extrovertido: puede que esta palabra te defina a la perfección

A lo largo de los años, cuando la gente me ha preguntado si soy introvertida o extrovertida, no he sabido qué responder porque no me identifico plenamente con ninguno de los dos tipos de personalidad. Resulta que no soy la única. Es cierto que suelo ser una persona reflexiva e introspectiva, que prefiero estar con gente de una en una o en pequeños grupos, y que a menudo necesito tiempo a solas para recargar las pilas, todas ellas características de los introvertidos. Pero también puedo ser extrovertida y charlatana en las fiestas, así como asertiva y orientada a la acción en mi vida profesional, cualidades que se asocian con la extraversión.

En cuanto a los tipos de personalidad, “es un continuo que va de la introversión a la extraversión”, dice Dan P. McAdams, profesor de psicología de la Universidad Northwestern (Estados Unidos) y coautor con William Dunlop de The Person: Una nueva introducción a la psicología de la personalidad. “Es una especie de curva en forma de campana en la que la mayoría de nosotros nos encontramos situados hacia la mitad”.

De hecho, existen dos tipos de personalidad menos conocidos. Los ambivertidos, propuestos por el psicólogo estadounidense Edward S. Conklin en 1923, tienen una mezcla de rasgos introvertidos y extrovertidos; los omnivertidos fluctúan entre el comportamiento introvertido y el extrovertido.

“El lenguaje es un ajuste de la cultura pop”, dice Luke Smillie, profesor de psicología en la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Melbourne (Australia). “Las categorías extrovertido-introvertido no tienen muchos matices, así que hemos ideado estas otras categorías para el término medio de las características psicológicas”.

Aunque el concepto de ambivertido se ha estudiado y aparece en la literatura psicológica, el término omnivertido parece un constructo de psicología pop. Y algunos expertos se muestran escépticos sobre su validez.

“Según mi experiencia, no existe, no creo que alguien oscile entre estos dos extremos”, afirma Richard Robins, profesor de psicología de la Universidad de California (EE. UU.); “está claro que es posible que alguien sea muy extrovertido en una situación concreta y muy introvertido en otra. Lo que no creo que sea posible es que alguien se encuentre en 100 situaciones diferentes y actúe siempre de forma extremadamente extrovertida o introvertida en todas ellas, y nunca en algún punto intermedio”.

(Relacionado: ¿Por qué nos gusta lo que nos gusta? Un científico nos lo explica)

Ser ambivertido o omnivertido; conceptos controvertidos

A lo largo de los años, el Indicador de Tipos de Myers-Briggs (MBTI) se ha convertido en un test de personalidad muy popular en todo el mundo y se utiliza ampliamente en el lugar de trabajo y en entornos educativos. Clasifica a las personas en varios tipos en función de sus puntuaciones en dimensiones de rasgos como extraversión frente a introversión, sentimiento frente a pensamiento, percepción frente a intuición y percepción frente a juicio. Desde que se publicó por primera vez en 1975, el MBTI ha popularizado el concepto de “tipos de personalidad”, aunque fue el psiquiatra suizo Carl Jung quien introdujo los términos extraversión e introversión en la psicología a principios del siglo XX.

Parte del atractivo perdura. “Cuando obtienes una puntuación de tipo, piensas que hay otras personas como tú ahí fuera; te hace sentir que formas parte de un equipo”, dice McAdams. Al mismo tiempo, la mezcla de rasgos que supuestamente tienes también puede hacerte sentir único o diferente de los demás.

“La gente está desesperada por entenderse a sí misma”, dice Scott Barry Kaufman, científico cognitivo de la Universidad de Columbia en EE. UU. y fundador del Centro para el Potencial Humano; “cuanto más se pueda decir a la gente quiénes son, más sensación de certeza les da en un mundo incierto”.

Pero he aquí una sorpresa: el test de Myers-Briggs no tiene validez científica, afirma McAdams. “La investigación en psicología de la personalidad demuestra sistemáticamente que la variación psicológica no sigue ese tipo de lógica de o lo uno o lo otro”. En cambio, dimensiones como extraversión/introversión existen en un continuo y las personas residen en diferentes puntos a lo largo de él, añade McAdams, que considera la introversión y la extraversión como rasgos, no como tipos de personalidad.

“Desde los años 80, empezaron a acumularse las pruebas [científicas] de que las personas se diferencian por grados”, afirma Smillie. Sin embargo, esta tipología sigue atrayendo a mucha gente. “Gravitamos hacia estas formas categóricas de pensar porque simplifican un mundo muy complejo”, añade.

La empresa Myers-Briggs no reconoce la existencia de los ambivertidos. Sin embargo, algunos psicólogos de la personalidad sí lo hacen.

“Estos rasgos [de introversión y extraversión] existen en un continuo y la mayoría de la gente se encuentra en el medio, por lo que el término ambivertido es útil”, dice John Zelenski, profesor de psicología de la Universidad Carleton (Canadá); “no siempre nos comportamos igual en diferentes situaciones. La mayoría de la gente es flexible en este sentido. Ser rígido suele ser un signo de enfermedad mental”.

Aunque estos rasgos tienen una predisposición genética, pueden cambiar con el tiempo, sobre todo a medida que la gente envejece, afirma McAdams: “Es tanto naturaleza como crianza, pero la naturaleza lo pone en marcha”.

(Relacionado: El síndrome de Williams: la enfermedad que te hace querer a todo el mundo)

Los peligros de las etiquetas de personalidad

Aunque cada uno de estos rasgos de personalidad tiene sus puntos fuertes y sus inconvenientes, así como su idiosincrasia, no son necesariamente lo que la gente piensa. Las investigaciones sugieren, por ejemplo, que los extrovertidos y los ambvertidos tienden a regular mejor el estado de ánimo que los introvertidos. Otro estudio reveló que, aunque tanto los introvertidos como los extrovertidos prefieren hablar a enviar mensajes de texto, los ambivertidos prefieren enviar mensajes. Además, una serie de estudios publicados en un número de 2023 de la revista Personality and Social Psychology Bulletin descubrió que las personas juzgan sistemáticamente que los más extrovertidos escuchan peor que los menos extrovertidos.

Pero estos rasgos tienen matices que a menudo se pasan por alto, y uno de los riesgos de basarse en estas categorías es que es fácil malinterpretar el comportamiento de alguien. “La introversión se suele considerar erróneamente como distanciamiento o bajo nivel de simpatía; en realidad, es una baja motivación para relacionarse socialmente”, afirma Smillie. Del mismo modo, “los extrovertidos suelen ser percibidos erróneamente como más competentes porque son más habladores y parecen tener más que decir sobre un tema”.

Sorprendentemente, el elemento central de la extraversión no es la sociabilidad per se, sino el comportamiento de búsqueda de recompensas, según ha descubierto la investigación. Las personas que puntúan alto en extraversión se ven impulsadas a participar en interacciones sociales para ganar estatus social o atención social, señala Kaufman. La extraversión parece estar impulsada por la liberación de dopamina en los circuitos de recompensa del cerebro, explica, lo que fomenta la exploración y el compromiso social. Por el contrario, los introvertidos no obtienen un efecto de recompensa tan fuerte de estas experiencias sociales, afirma Smillie.

Otra percepción errónea es que las personas muy extrovertidas tienen un don social natural. Los estudios han descubierto que las personas extrovertidas son mejores a la hora de entablar relaciones con otras personas, pero esto se debe a que imitan más a aquellos con los que interactúan que las personas introvertidas.

“A veces, la extraversión se equipara con la habilidad social, pero descubrimos que los extrovertidos imitan más comportamientos sin darse cuenta”, explica Korrina Duffy, investigadora científica del Anshutz Medical Campus de la Universidad de Colorado (EE. UU.).

Mientras tanto, aunque durante mucho tiempo se creyó que los extrovertidos eran los líderes ideales en los negocios, investigaciones más recientes han demostrado que otros tipos de personalidad aportan puntos fuertes únicos. Un estudio publicado en 2023 en la revista Frontiers in Psychology descubrió que la extraversión y sus facetas asociadas de asertividad y sociabilidad no estaban directamente relacionadas con la eficacia del comportamiento de los líderes en el lugar de trabajo a la hora de responder a diversos retos. Lo que sí marcaba la diferencia, a ojos de los empleados, era la capacidad de los líderes para generar estimulación intelectual y proactividad por parte de sus colegas, factores que podrían asociarse a personalidades más introvertidas, como señalan los investigadores.

“La gente asume que las personas en posiciones de poder son extrovertidas”, dice Robins. Pero eso no siempre es cierto. De hecho, añade, “la extraversión está menos relacionada con el éxito en la vida que otros rasgos adaptativos como la concienciación”.

De hecho, Adam Grant, psicólogo organizativo de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), descubrió en un estudio que los ambivertidos “consiguen una mayor productividad en las ventas que los extravertidos o los introvertidos”, en gran parte porque “adoptan de forma natural un patrón flexible de hablar y escuchar”. A esto lo llama “la ventaja del ambivertido”.

(Relacionado: ¿Quieres un subidón (gratuito y natural) de dopamina o serotonina? Haz esto)

Descubriendo puntos en común

En algunos aspectos, las personas con estos rasgos de personalidad diferentes tienen bastante en común. Por ejemplo, incluso las personas muy extrovertidas se cansan al socializar, según las investigaciones; sólo que pueden tardar más en sentirse agotadas.

“Todos podemos identificarnos con situaciones que sacan nuestro lado salvaje y otras en las que queremos acurrucarnos y estar solos”, dice Kaufman; “es propio de la naturaleza humana tener en nuestro interior capacidades introvertidas y extrovertidas”.

A veces, obligarse a salir de la zona de confort puede reportar ventajas psicológicas. Una investigación de Zelenski y sus colegas descubrió que cuando las personas introvertidas por naturaleza actuaban intencionadamente de forma más extrovertida, su estado de ánimo mejoraba.

“Las personas que se identifican como introvertidas experimentan muchas emociones positivas cuando se comportan de forma extrovertida”, afirma Zelenski; “la mayoría de ellos también dicen sentirse muy auténticos, como si estuvieran expresando su verdadero yo”.

Independientemente de tus inclinaciones naturales de personalidad, cultivar un sentido de flexibilidad y adaptabilidad en tu comportamiento, como ser capaz de aumentar o disminuir ciertas cualidades para satisfacer las demandas de diferentes situaciones, dice Smillie, puede ser la manera óptima de ir por la vida.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

Source: National Geographic

Be the first to comment on "Ni introvertido ni extrovertido: puede que esta palabra te defina a la perfección"

Deja un comentario.

Tu dirección de correo no será publicada.


*