No es cuestión de vanidad. A nadie le gusta sentir que el paso del tiempo comienza a dejar sus huellas y se hace visible en la piel. En todo caso, el rostro es el principal foco de interés. Para ello, conversamos con Ángela Affili, y Jenire Chang, Gerente de Formación ambos conocedores de los procesos de envejecimiento cutáneo y especialistas en el campo de los productos antiedad.
Chang afirma que existen dos causas del envejecimiento de la piel. “Cuando hablamos de las que son internas, nos referimos a aquellas que tienen origen intrínseco y están relacionadas con dos antecedentes genéticos. Por un lado, los resultados graduales en el enlentecimiento del metabolismo. Por otro, los factores aceleradores, que son las expresiones faciales repetitivas y la menopausia”, explica.
En cuanto a las causas externas, Chang cita factores como los rayos solares, el ambiente, la contaminación y el consumo de tabaco. “Aquí también entran aspectos relacionados con el estilo de vida como el estrés, el insomnio, deficiencias nutricionales y el exceso de alcohol”, agrega. Según Ángela Affili, es preciso indicar que existen tres tipos de envejecimiento en las distintas fases de la vida y que, sea cual sea el tipo de piel, el progreso y las etapas de las arrugas siguen un mismo lineamiento. “Para empezar, está aquel que definimos como mecánico y que se experimenta entre los 30 y 40 años de edad. Es el responsable de las primeras líneas de expresión, debido a las contracciones repetidas durante mucho tiempo, del tipo mueca o sonrisa”, señala.
Affili expone que, después del mecánico, está el envejecimiento de tipo cronológico. “Ese es el que afecta a la piel entre los 40 y 50 años. Está determinado genéticamente. El aspecto de la piel se ve afectado por la disminución de la producción del colágeno. Por eso, se evidencian las arrugas, pérdida de firmeza y menos luminosidad de la piel”, sostiene. A su vez, está el envejecimiento hormonal, que se evidencia a partir de los 50. “Está relacionado principalmente con la menopausia. Con la disminución de estrógenos se produce el desgaste de las fibras de colágeno y, a su vez, eso produce flacidez cutánea”, apunta.
LA PREVENCIÓN
Según Chang, es posible prevenir el envejecimiento de la piel si se ponen en práctica las siguientes recomendaciones:
• Dormir bien y evitar los trasnochos.
• Evitar el tabaco y el alcohol.
• Proteger la piel de la exposición solar.
• Alimentarse bien.
• Incluir antioxidantes y vitamina E en la dieta.
• Hacer ejercicio.
• Exfoliar el rostro y el cuerpo cada dos semanas.
• Usar cremas hidratantes.
• Aplicar mascarillas faciales.
• Emplear productos cosméticos con colágeno de día y de noche.
• Reducir el estrés y llevar una vida más relajada.
TIPOS DE PIEL Y ARRUGAS
• Piel grasa: es brillante, aceitosa, con poros dilatados y de tendencia al acné. Precisa de un astringente y no admite cremas para otro tipo de piel. Pueden usarse productos que le ofrezcan un acabado mate y ayudan a absorber el exceso de grasa.
• Piel seca: es pálida, escamosa y con sensación de dureza. Se lava con productos humectantes dos veces al día. Requiere de cremas humectantes con colágeno y elastina.
• Piel mixta: tiene mayor cantidad de grasa en la zona T (frente, nariz y barbilla) y las mejillas son normales o secas. Se debe lavar dos veces al día con productos que eliminen las impurezas. Requiere de geles o cremas hidratantes y se debe evitar los productos grasosos en la zona T.
• Arrugas superficiales: se originan en la epidermis y se producen por la disminución de renovación celular.
• Arrugas profundas: su origen está en la dermis y se producen por la disminución de colágeno y elastina.
• Arrugas permanentes: si ya está establecida y es profunda.
• Arrugas reversibles: surcos formados poco a poco durante el día.
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Source: Ultimas Noticias
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