Entendiendo los montículos de Hopewell, el nuevo Patrimonio Mundial de la UNESCO

Un círculo de tierra lo suficientemente grande como para contener el Empire State Building de lado. Un terraplén octogonal capaz de albergar cuatro coliseos romanos. Un vasto recinto en la cima de una colina con vistas a la espectacular garganta de un río.

Estas maravillas se encuentran entre los ocho yacimientos del centro y el sur de Ohio (Estados Unidos) que la UNESCO ha incluido recientemente en su lista de Patrimonio Mundial con el nombre de Hopewell Ceremonial Earthworks (movimientos de tierra ceremoniales de Hopewell). Estas estructuras, las primeras reconocidas en el estado y la número 25 de Estados Unidos, son los mayores movimientos de tierra de forma geométrica del planeta, a la altura de otros lugares Patrimonio de la Humanidad como Stonehenge, Machu Picchu y la Gran Muralla China.

La cultura prehistórica Hopewell, que floreció en los valles fluviales del sur de Ohio entre los años 200 y 500 a.C. aproximadamente, es uno de los varios pueblos indígenas norteamericanos a los que los arqueólogos se referían colectivamente como “constructores de montículos”. Algunos expertos sostienen que los Hopewell (llamados así por el granjero en cuyas tierras se descubrieron los montículos en la década de 1890) eran una de las culturas indígenas más avanzadas de Norteamérica en matemáticas, ingeniería civil y astronomía.

Sus redes comerciales se extendían por casi todo el continente. Recogían materiales para sus obras de arte tan lejos como la región de Yellowstone, los Grandes Lagos, las Carolinas y el Golfo de México. En una época en la que todos los caminos de Europa llevaban a Roma, algo similar sucedía en Norteamérica, convergiendo en Ohio.

Estos logros son aún más asombrosos si se tiene en cuenta que, según los estudiosos, los Hopewells no tenían lengua escrita ni una forma de gobierno centralizada. A pesar de no tener un líder que decretara la construcción de tales estructuras, los Hopewells se reunían periódicamente en pequeñas aldeas dispersas a lo largo de grandes distancias para erigir estas elaboradas estructuras.

“Las personas que construyeron estos terraplenes lograron algo extraordinario… al tejer un profundo conocimiento de la geometría y la astronomía en estos lugares”, afirma Jennifer Aultman, directora de lugares históricos de Ohio History Connection, que gestiona algunos de los yacimientos. “Los movimientos de tierra también dan testimonio de las conexiones culturales a través de gran parte de Norteamérica, trayendo tanto personas como objetos al valle del río Ohio hace 2000 años”.

¿Qué les motivó? ¿Cuál era la finalidad de estas estructuras? Los arqueólogos siguen buscando respuestas. Los viajeros también pueden plantearse estas preguntas explorando tres yacimientos clave. He aquí cómo visitarlos.

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Newark Earthworks (movimiento de tierras de Newark)

455 Hebron Road, Heath

Estos movimientos de tierras se encuentran en conjunto en las encantadoras localidades de Heath y Newark, a unos 50 kilómetros al este de Columbus. Los expertos calculan que se necesitaron unos 200 000 metros cúbicos de tierra para construir este complejo de 10 kilómetros cuadrados que incluye una plaza, una elipse y avenidas amuralladas, la mayor parte del cual ha desaparecido en la actualidad y del que sólo quedan dos estructuras: el Gran Círculo y el Octógono.

Brad Lepper, conservador de arqueología de Ohio History Connection, afirma que estos movimientos de tierra constituyen un importante lugar religioso que refleja las creencias más profundas de los Hopewell sobre el cosmos y su lugar en él. “Esta era su Jerusalén, su Meca”, afirma.

El Gran Círculo, de 365 metros de circunferencia, ofrece la mejor experiencia para el visitante, con un pequeño museo (abierto de jueves a sábado, de abril a octubre) que destaca los montículos Hopewell de todo Ohio. También se puede caminar hasta el centro del círculo para contemplar el movimiento de tierra en su totalidad.

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El Octógono es aún más impresionante, con lados que encierran aproximadamente 20 acres y aberturas que, según los estudiosos, marcan los principales puntos de salida y puesta de la luna a lo largo de un ciclo de 18,6 años. De hecho, el eje central del Octógono mira hacia el punto del horizonte por donde la luna sale por el norte al final de este ciclo.

Actualmente, el Octógono está abierto a los visitantes cuatro veces al año, ya que el emplazamiento está arrendado a un club de campo que lo utiliza como campo de golf. Pero hay planes para facilitar el acceso en los próximos meses. Mientras tanto, los visitantes pueden obtener una buena visión general desde una plataforma de madera donde el octógono se conecta a un gran círculo a través de un pasadizo, que puede haber sido utilizado para procesiones ceremoniales.

Parque Histórico Nacional de la Cultura Hopewell

16062 Ruta estatal 104, Chillicothe

A unos 100 km al suroeste de Newark, el amplio y fértil valle del río Scioto albergó en su día hasta 30 complejos geométricos. El arqueólogo N’omi Greber llamó a esta zona “el epicentro del universo Hopewell”, posiblemente debido a la gran concentración de Hopewells que vivían cerca.

La mayoría de estas estructuras se han perdido. En tres de los cinco yacimientos de Chillicothe nombrados en la declaración de Patrimonio Mundial, los montículos se han degradado hasta convertirse en meras hinchazones de tierra. Sin embargo, todavía existe una gran colina de nueve metros en el movimiento de tierras de Seip. Un cuarto yacimiento está cerrado al público.

El mejor yacimiento para explorar aquí es el Grupo de Mound City [que se podría traducir como Ciudad de Montículos], un conjunto de dos docenas de montículos densamente agrupados de entre uno y cinco metros de altura que se extienden a lo largo de 6,8 hectáreas. Los visitantes pueden caminar a través de un recinto hasta los terraplenes, pero un mejor punto de vista es trazar el perímetro de las murallas, obteniendo una vista de toda la zona. Cerca de la entrada principal hay un centro de visitantes y un museo.

(Relacionado: Esta antigua sociedad nativa americana fue tan poderosa como los aztecas y los incas)

Fuerte Ancient Earthworks & Nature Preserve

6123 Ruta estatal 350, Oregonia

Situado a unas 56 kilómetros al noreste de Cincinnati, Fort Ancient está rodeado por un impresionante muro de tierra, de hasta siete metros de altura en algunas secciones. Se desliza a lo largo de más de cinco kilómetros, lo que lo convierte, con diferencia, en el mayor de los terraplenes Hopewell. En su día se pensó que era una fortaleza, pero ahora los expertos creen que es otro lugar religioso, especialmente para observar los solsticios de verano e invierno.

Construido sobre una meseta que domina el río Little Miami, Fort Ancient es hoy un tranquilo parque forestal estatal con senderos serpenteantes y vistas al cañón excavado por el río. Cerca de la entrada del parque hay un gran museo con mapas de los senderos y detalles no sólo de la vida de los Hopewell, sino también de la historia de todos los pueblos indígenas del estado.

Sacando el máximo partido del viaje

Más información: Hopewell Earthworks ofrece una buena panorámica de los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. El Newark Earthworks Center de la Universidad de Cincinnati dispone de información histórica e itinerarios, que incluyen paradas en pintorescos pueblecitos cercanos y otras atracciones turísticas. Dedique dos o tres días a visitar todos los movimientos de tierras, con la posibilidad de pernoctar en Chillicothe y Lebanon.

No te lo pierdas: El Montículo de la Serpiente, que no fue construido por los Hopewell, es un movimiento de tierra que se encuentra a lo largo de la ruta de los Hopewell y que ha sido objeto de otra solicitud de reconocimiento por parte de la UNESCO. Situado en la meseta de una colina, serpentea por un campo abierto, su “cola” se enrolla en espiral y su “cabeza” se traga lo que parece ser un huevo gigante. La mejor forma de apreciar su arte es subiendo a una plataforma elevada en el borde de la estructura.

Rich Warren es escritor y vive en Columbus, Ohio. Síguelo en Facebook e Instagram.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

Source: National Geographic

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